viernes, 6 de junio de 2014

La naranja

Esto son dos hermanos discutiendo sobre la posesión de una naranja. Los dos quieren la fruta y ambos la necesitan en su totalidad, así que ninguno está dispuesto, en principio, a compartirla con nadie. Como es lógico, este razonamiento no les lleva a ninguna parte, de modo que, tras un interminable rato de discusión, deciden optar por una solución de compromiso: media naranja para cada uno. Dado que parece lo justo, ninguno de los dos rechaza el trato y los hermanos se despiden, cada uno con su mitad.

Al llegar a casa, cada hermano se apresura a darle uso a su premio. El primero de ellos estaba muerto de hambre, así que la pela, arroja la cáscara a un lado y se la come sin más demora. Para su desgracia, cuando termina descubre que media naranja no ha bastado para saciarle.

En cuanto al segundo de los hermanos, este quería la naranja para elaborar un postre. La pulpa de la fruta acaba en la basura porque lo que necesita es rayar la piel. Cuán desagradable será su sorpresa al percatarse de que no tiene suficiente con media cáscara.