domingo, 21 de diciembre de 2014

Cuando el amor se acaba

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.

Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.
La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey:

- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.

Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:

- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una sola noche de sufrimiento no merece de mi Amor, ¿verdad madre?


Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace, es porque todo se ha terminado.


viernes, 6 de junio de 2014

La naranja

Esto son dos hermanos discutiendo sobre la posesión de una naranja. Los dos quieren la fruta y ambos la necesitan en su totalidad, así que ninguno está dispuesto, en principio, a compartirla con nadie. Como es lógico, este razonamiento no les lleva a ninguna parte, de modo que, tras un interminable rato de discusión, deciden optar por una solución de compromiso: media naranja para cada uno. Dado que parece lo justo, ninguno de los dos rechaza el trato y los hermanos se despiden, cada uno con su mitad.

Al llegar a casa, cada hermano se apresura a darle uso a su premio. El primero de ellos estaba muerto de hambre, así que la pela, arroja la cáscara a un lado y se la come sin más demora. Para su desgracia, cuando termina descubre que media naranja no ha bastado para saciarle.

En cuanto al segundo de los hermanos, este quería la naranja para elaborar un postre. La pulpa de la fruta acaba en la basura porque lo que necesita es rayar la piel. Cuán desagradable será su sorpresa al percatarse de que no tiene suficiente con media cáscara.

viernes, 11 de enero de 2013

El loro

Una Señora quería comprar un loro, va a la tienda de mascotas y el joven que la atiende le comenta que solo tiene un loro pero que éste había pertenecido a una señora que tenia un burdel, por lo cual su vocabulario era altamente prosaico. A la señora no le importó y dijo que lo educaría nuevamente.
Llega a su casa y destapa la jaula y el loro comienza:
Nueva casa, nueva madame'
La señora suelta una carcajada y espera ansiosa a que sus hijas lleguen de la escuela.
El loro al verlas dice:
Nueva casa, nueva madame, nuevas putas'
Las hijas no pueden contener la risa y esperan a que su papá llegue para que vea al loro. Llega el papá a la hora de la comida, el perico dice:
Nueva casa, nueva madame, nuevas putas, mismos clientes...
Hola DON JOSË!

sábado, 18 de febrero de 2012

El Violinista



Un hombre se sentó en una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín, era una fría mañana de enero. Interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora pico, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos en su camino al trabajo.

Tres minutos pasaron, y un hombre de mediana edad de dio cuenta de que había un músico tocando. Disminuyó el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.

Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escucharlo, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.

El que puso mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre le apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre le empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos sus padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.

En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Alrededor del 20 le dieron dinero, pero siguió caminando a su ritmo normal. Se recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.

Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Él había interpretado sólo una de las piezas más complejas jamás escritas, en un violín por valor de 3,5 millones de dólares.

Dos días antes de su forma de tocar en el metro, Joshua Bell agotó en un teatro en Boston, donde los asientos tuvieron un promedio de $ 100.



Si no tenemos un momento para detenerse y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?


(HISTORIA REAL) 

sábado, 5 de noviembre de 2011

Esta es la historia de una chica
 ciega: Ella no aguantaba a nadie y menos a ella x ser Cieqa, Excepto a Su Novio,
qe la qeria y La Amaba Mucho. Un dia , Consiqio Unos Ojos Sanos y La Operaron,
Entonces Pudo Ver.
Su Novio Le Pidio qe Se ......... Casara Con El, y Ella Al ver qe Era Cieqo Le dijo qe NO
Y qe Se Alejara D Ella, El
Acepto... ... ... Con Tristeza, y en su partida le dejo una carta qe
Decia:
"CUIDA BIEN LOS OJOS QUE TE REGALE"
"Te los di para qe Conozcas el
mundo",lo qe uno hace x amor No?? y Aveces no lo sabemos valorar.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Infidelidad


Dos amigas mueren y se encuentran en el cielo. Y una le pregunta a otra: -Como moriste tu? -Congelada. -Y duele? -Pues al principio te dan unos escalofríos horribles, después te da un dolor en los dedos y los huesos, te empiezas a congelar. Me dormí y morí. -Uuyy, que horrible! -Y tu como moriste? -Bueno a mi me dio un infarto -Y como fue eso? -Bueno te cuento. Creía que mi esposo me estaba engañando, así que regresé temprano a la casa y lo encontré muy tranquilo viendo tele. Salí corriendo al garage y no encontré nada. Luego fui al patio y nada. Subí corriendo a la segunda planta y nada. Cuando venia bajando las escaleras me dio un infarto de la alegría que no me era infiel y morí. - TONTAA! Hubieses buscado en el congelador y las dos estaríamos vivas!!!