martes, 24 de mayo de 2011

La arena

Una muchacha joven que iba a casarse en breve paseaba por la playa con su madre, charlando de cómo iba a cambiarles la vida a partir de ahora. En un momento dado, la muchacha le comentó a su madre que no sabía muy bien cómo conseguir que su marido permaneciera siempre a su lado sin irse con otras. La madre le dijo a su hija:
Toma 2 puñados de arena, uno en cada mano.
La muchacha obedeció a su madre y tomó un puñado de arena en cada mano.
A continuación, su madre le ordenó:
Aprieta todo lo que puedas la mano derecha, a fin de evitar que la arena se escape. Tienes que apretar muy fuerte, procurando mantener toda la arena dentro de tu mano.
La muchacha obedeció a su madre, y gritó, espantada:
¡Madre! La arena no se queda en la mano. Aprovecha cualquier resquicio para salir de la mano. Si sigo apretando, pronto no quedará arena en la mano.
Bien - murmulló la madre. Ahora, mantén la palma de la otra mano abierta con la arena encima, y dime lo que pasa.
La arena se queda ahí, no se mueve.
Pues ahora ya sabes lo que tienes que hacer si quieres mantener a tu marido siempre a tu lado.


lunes, 16 de mayo de 2011

Rosas

Había una vez una niña llamada Camila, tenía 14 años y esperaba con ansias sus 15 años ya que sus padres le enviarían a un crucero de quinceañeras.
LLegó el día del crucero y ella muy emocionada, se despidió de sus padres y entró al crucero. Ya instalada, fue a dar un paseo, cuando se encontró al chico más lindo que sus ojos habían visto.
El le preguntó: Cómo te llamas?, ella respondió: Camila, él dijo: Mucho gusto, Camila, yo me llamo Raúl.
Al final del día, Camila fue a su habitación para descansar y cuando se despertó y se levantó, vió que debajo de su puerta había una rosa azul y una nota que decía: " Para la niña más linda que mis ojos han visto" de Raúl.
Extrañada, pero emocionada, empezó a saltar de alegría en su habitación.
Cuando Camila bajó al gran salón, allí estaba Raúl, pasaron todo el día juntos hasta la noche, que Raúl acompañó a Camila a su habitación y se despidieron con un beso.
Así pasaron 6 días, cada vez que Camila se despertaba, encontraba una rosa azul.
Hasta que llegó el último día, Camila estaba muy emocionada porque iba a bailar el vals con Raúl, al cuál, nunca más iba a volver a ver.
Cuando todo terminó, Raúl y Camila subieron a la habitación y Camila segura de su amor por Raúl, se entregó en cuerpo y alma.
Le regaló lo más importante de su vida; " Su virginidad".
Cuando se despertó, Raúl no estaba, pero había un cofre de plata con unas flores azules talladas y una nota que decía:
Lo pasé bien anoche, por favor, abre este cofre cuando estés en tu casa. Raúl.
Cuando Camila llegó a casa, abrazó a sus padres y de inmediato fue a su habitación, recordando el cofre de Raúl.
Cuando abrió el cofre, una lágrima rodó por su mejilla.
En el cofre había una " flor negra", toda marchita; al lado de la flor, había una nota qe decía: "Bienvenida al mundo del SIDA".

jueves, 5 de mayo de 2011

El billete



Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café.Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!...
Todo parecía estar mal en su vida. Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 EUR y le dijo: ¿Quieres este billete?
Pablo, un poco confundido al principio, le contestó: Claro, Laura... son 50 EUR, ¿quién no los querría?
Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: Y ahora, ¿lo quieres también? Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 EUR. Claro que lo cogeré si me lo das.
Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado. ¿Lo sigues queriendo? Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de 50 EUR, y mientras no lo rompas, conserva su valor...
Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o te pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido...
Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado. Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 EUR para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite. Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.
Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...
¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos
más y que podemos conseguirlo si nos lo proponemos? Claro que no basta con
el mero propósito... Se requiere acción y existen muchos caminos.