martes, 24 de mayo de 2011

La arena

Una muchacha joven que iba a casarse en breve paseaba por la playa con su madre, charlando de cómo iba a cambiarles la vida a partir de ahora. En un momento dado, la muchacha le comentó a su madre que no sabía muy bien cómo conseguir que su marido permaneciera siempre a su lado sin irse con otras. La madre le dijo a su hija:
Toma 2 puñados de arena, uno en cada mano.
La muchacha obedeció a su madre y tomó un puñado de arena en cada mano.
A continuación, su madre le ordenó:
Aprieta todo lo que puedas la mano derecha, a fin de evitar que la arena se escape. Tienes que apretar muy fuerte, procurando mantener toda la arena dentro de tu mano.
La muchacha obedeció a su madre, y gritó, espantada:
¡Madre! La arena no se queda en la mano. Aprovecha cualquier resquicio para salir de la mano. Si sigo apretando, pronto no quedará arena en la mano.
Bien - murmulló la madre. Ahora, mantén la palma de la otra mano abierta con la arena encima, y dime lo que pasa.
La arena se queda ahí, no se mueve.
Pues ahora ya sabes lo que tienes que hacer si quieres mantener a tu marido siempre a tu lado.


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